Dejar
de comer para adelgazar es una falsa creencia y una mala decisión. El efecto será exactamente el contrario; no solo puede bloquear la
quema de grasa, sino que además puede aumentarse. Las comidas más
populares para saltarse son el desayuno y los refrigerios, que al combinarse
con frases como “no alcanzo a comer, voy de afán”, o “tengo mucho trabajo y no
me da tiempo”, se convierten en un verdadero obstáculo para perder peso. Si tu ritmo de vida no te permite cubrir tus necesidades básicas, entonces
debes replantearte tus hábitos.
Al
dejar de comer suceden tres cosas principalmente. Primero que todo, el
organismo se protege y crea reservas energéticas en forma de grasa, previniendo
una posible escasez. Además, no se produce el gasto calórico requerido
porque el metabolismo se frena. Pero si esto no fuera poco, al llegar al
siguiente tiempo de comida, habrá mucha hambre acumulada, lo cual da como
resultado comer compulsivamente o de forma inadecuada. ¡Para adelgazar
debes comer, comer bien!
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